Aunque a Italia le ha costado dar su brazo a torcer, por fin se puede saborear un buen trozo de suculento pan italiano sin necesidad de embadurnarlo con aceite de oliva para darle algo de sabor. Y esto lo cambia todo.
Ciertamente Italia es conocida por la calidad de sus pastas, tiene el trigo y el arroz de mayor calidad de Europa, cuenta con las técnicas de molienda de la harina más avanzadas del mundo… Pero, sinceramente, su pan deja mucho que desear. No obstante, se avecina un cambio. Crujiente y agradable de masticar: el cambio es radical.
Harinas artesanas, tiempo, largo periodo de levado, fermentación, carácter regional distintivo y ¡sabor! Todo el sector de la panadería parece estar volcándose. Aunando como nunca antes lo dulce y lo salado, una serie de panaderos, chefs y pasteleros de Milán y otras regiones se han unido para reformular todo lo que en la ciudad siempre se ha dado por hecho en lo que al pan se refiere.










.png)






















.jpg)
